MANIFIESTO 8 DE MARZO DE 2023
Según Naciones Unidas, las mujeres están por debajo de los varones en todos los indicadores de desarrollo sostenible:
Conforman casi dos tercios de los analfabetos del mundo.
Se habla de feminización de la pobreza porque la mayoría de los pobres del mundo son mujeres.
Tienen menos acceso a los servicios sociales básicos que los varones.
Once puntos porcentuales más de probabilidad de no tener comida.
Ganan menos dinero que los varones por el mismo trabajo, y aun las que están más formadas que ellos, consiguen trabajos de menor jerarquía.
Todavía, en 39 naciones, los hijos varones tienen derechos de herencia que las hijas mujeres no. Sólo el 2% de la tierra del planeta pertenece a mujeres, mientras que el 98% es propiedad de varones.
Las mujeres son las responsables de recolectar el agua en el 80 % de las casas sin agua corriente.
Todavía en 30 países se continúa realizando la mutilación genital femenina y hay, al menos, 200 millones de mujeres operadas.
Dos tercios de las víctimas de trata de personas son mujeres, y de la trata con fines de explotación sexual el 94 %.
En muchas casas las mujeres son quienes comen las últimas en la familia.
Todavía muchas no pueden elegir esposo y, cada dos segundos, una niña es forzada a matrimonio infantil en el planeta.
En muchos países todavía existen códigos legales que obligan a la mujer a obedecer a su esposo, y siempre, el hecho de nacer mujer, supone un grave
peligro en cualquier lugar del mundo debido a la denominada violencia machista.
Este es el rostro de la desigualdad por razones de sexo en todo el mundo. Esta es, todavía, la vida, la violencia, las desigualdades y las dificultades que viven y atraviesan las mujeres y niñas en nuestro planeta.
Que la diferencia biológica entre los sexos se haya utilizado históricamente para otorgar un estatus social desigual a hombres y mujeres en todas las partes y rincones del mundo no es casualidad.
Que en todos los ámbitos de la vida se haya tomado como medida y único punto de vista veraz y autentico el aportado por los hombres, tampoco lo es.
Por eso, hoy, 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, queremos dar a conocer las consecuencias que, la construcción androcentrista del mundo y de todas las sociedades hasta ahora conocidas, ha tenido y tiene sobre la vida de mujeres y niñas: su invisibilización.
Esta desvalorización de sus voces, de sus capacidades y conocimientos, de sus necesidades y de sus aportaciones, las ha robado derechos en todos los campos de la vida: en la educación, en la salud, en la cultura, en el trabajo, en la política, en la comunidad. En todos y cada uno de ellos. Por eso, hoy queremos contribuir a visibilizar
la labor y las aportaciones que las mujeres han hecho y siguen haciendo a lo largo de la historia, porque las mujeres, hicieron, hacen y siguen haciendo historia. Y por eso hoy, con este acto, hablaremos de ELLAS. De quiénes fueron, de lo que consiguieron y de lo que nos dejaron, y también de lo que tuvieron que luchar para conseguirlo y dejarnos una sociedad un poco más justa e igualitaria entre los sexos, alentando y posibilitando nuevos caminos a mujeres y niñas para que tengan una vida digna de ser vivida.
Y aunque hoy hablaremos de Ellas, os pedimos a vosotros, varones, que trabajéis de la mano en la construcción de un mundo interior y exterior más justo, respetuoso e igualitario para ellas. Porque lo justo para ellas también es justo para con nosotros. Lo bueno para ellas también lo es para nosotros y sólo una sociedad moderna es
concebible bajo unos valores éticos y democráticos donde hombres y mujeres tengamos las mismas oportunidades de crecer y desarrollarnos.
Y ahora sí, hablemos de ELLAS.
MUJERES QUE HICIERON, HACEN Y SIGUEN HACIENDO HISTORIA