Raza Avileña

Pueblo ganadero trashumante desde los Vettones

DATOS HISTÓRICOS DE HOYOS EL ESPINO

Los restos arqueológicos de época prehistórica en la zona son poco menos que anecdóticos. No obstante, algunos estudiosos como Miguel Ángel Troitiño en su obra “Gredos Territorio Sociedad y Cultura” nos hablan de ciertos hallazgos encontrados en la zona, como son hachas de piedra, que fechan en la edad del Paleolítico.

Durante el Neolítico, aparecen algunas hachas de piedra pulimentada.

De la Edad de los Metales se conservan unos restos cerámicos poco elocuentes hallados en el “Cerro Herrero”, al lado de la Cañada de Mesegoso. Durante la Edad del Hierro por la zona pudieron moverse (debido a su naturaleza nómada) las tribus celtas de los vettones.

Los vettones eran eminentemente ganaderos y siendo esta zona tan abundante en pastos de verano y otoño, no dudamos que, temporalmente, se asentaran en estos terrenos con sus ganados, formando pequeños núcleos de pastores, cuyas viviendas y corrales serían construidos como los chozos que han existido hasta nuestros días. Por las condiciones del clima deberían emprender la trashumancia a tierras más cálidas durante los inviernos; actividad que ha seguido existiendo hasta nuestros días. Debemos pues dejar asentado que los primeros pobladores, estables o temporeros, de estos lugares fueron los vettones.

En época romana, nuestra zona estuvo muy despoblada, debido a la dureza del clima y lo abrupto del paisaje. No obstante, ya en la Alta Edad Media, asistimos a la presencia de ciertos núcleos visigodos; muestra de ello son los restos de sarcófagos exentos y enterramientos excavados en la roca. Uno de esos sarcófagos sirvió muchos años de pila para la fuente de la Chorra y que en la actualidad está ubicado en la explanada del Santuario.

De la época de las invariones árabes no consta nada por escrito en esta área, muestra de la más que probable despoblación que sufría todavía entonces. Un malentendido común es que, al existir un lugar llamado La Peña La Mora, la tradición ha interpretado que allí habitaba una mora, en el sentido de mujer musulmana. Lo cierto, es que varias autoridades en toponimia (como Nieves Sánchez) opinan que cuando aparece ese tipo de “Mora”a lo que hace referencia es a elementos más propios del paisaje, y en este caso, es bastante plausible. El valor al que seguramente se refiere es el de ‘montón’ de piedras o de productos vegetales y se encuentra en el castellano “morera” ‘montón de mies o de haces’, en el leonés “murias” ‘montón de piedras’ y en el gallego more(i)a.

Tal vez por comparación, a menor escala, por supuesto, se denominaba “Peñamorina” a la actualmente nombrada Peñamarina.

Sarcófago de tiempo visigótico

Situado en la explanada del Santuario Nuestra Señora del Espino

Otras anécdotas de estos tiempos, llegadas por tradición oral, son las que cuentan que Las Rejiertas, lugar de la Covacha, reciben su nombre debido a que en ellas tuvieron unas “reyertas” los cristianos contra los moros. No podría faltar mencionar al Caudillo Moro Almanzor que es quien da nombre al pico más alto de nuestra sierra de Gredos y de todo el Sistema Central. Entre estas anécdotas guerreras nos ha llegado (siempre por vía oral) que los pinares de la sierra se quemaron para echar a los moros de estas tierras.

El origen como enclave poblacional de Hoyos del Espino habría que situarlo en torno a mediados del siglo XIII, o incluso bien entrado el XIV, formando parte del Señorío de Valdecorneja, sometida a la jurisdicción de las autoridades de la villa de Piedrahíta, cuyos señores eran los duques de Alba. El asentamiento de la población en este enclave, estuvo muy ligado a la ganadería y sobre todo a la explotación de pinares como fuente de recursos económicos y de riqueza.

El término “Hoyos” (o “Foyos”, como se nombró en un principio) se refiere a las depresiones naturales que caracterizan el paisaje de esta población y de su vecina: Hoyos del Collado. El locativo “del Espino” procede del término latino Spinu, espino, arbolillo de la familia de las rosáceas, de cuatro a seis metros de altura en su momento de mayor desarrollo, con ramas espinosas –de ahí su nombre último- y hojas lampiñas y aserradas, flores blancas y fruto ovoide. La advoción patronal del municipio –Nuestra Señora del Espino– hace referencia a la talla de la Virgen, del siglo XIV, que custodia su santuario, del siglo XV, ya que cuenta la leyenda, que se apareció esta imagen a una pastora sobre uno de estos arbustos en el lugar donde hoy se erige su Santuario.

El documento que recoge la referencia más antigua a la población de Hoyos del Espino, fechado a 22 de noviembre de 1405, es una ordenanza de la villa de Piedrahíta sobre la utilización de los recursos madereros de los pinares de la Sierra.

Tradicionalmente, ha sido un pueblo de ganaderos, pastores y vaqueros que guardaban los ganados en los pastizales de verano (agostaderos) y que hacían la  trashumancia en los meses de invierno hasta las tierras extremeñas del Guadiana y el Tajo.

Otros documentos que nos relatan hechos históricos específicos de Hoyos del Espino son los relativos a su archivo parroquial, que hoy se conservan en el Archivo Diocesano. Entre ellos destaca El Libro de los Milagros de Nuestra Sra. Del Espino, obra del siglo XVII transcrita en parte e interpretada por Don Manuel Castel Romero, párroco que fue de esta parroquia. También contribuye  grandemente a dar luz a nuestra historia el religioso Alfonso María López Sendín en su libro Flor de Gredos, sobre María Muñoz “la Venerable”.

Virgen del Espino Talla del Siglo XIII

(Antes y después de su restauración, en 2018)

Al lado del santuario se cree que hubo un hospital para los peregrinos regido por los Caballeros de San Juan de Jerusalén. Así lo escribe el Bachiller Andrés Sánchez Tejado, párroco de Hoyos del Espino, quien empezó a escribir la autobiografía dictada por la misma Venerable con el título de “La Divina Serrana del Tormes”.

En la elaboración de este texto se han utilizado datos investigados por Félix Martínez Llorente, quien, con motivo de la elaboración del emblema heráldico y bandera del pueblo, también escribe un pequeño libro titulado Hoyos del Espino en la Historia, (año 2005).

La Venerable Virgen y madre María de Jesús y del Espino, natural de este lugar de Hoyos del Espino, que se bautizó en su iglesia parroquial de S.M. del Espino el día 25 de diciembre del 1589. Y siendo monja de la vida activa en el convento de N.S. del Carmen de la Villa de Piedrahíta falleció en 25 de enero del año de 1662.

Venerable, María de Jesús y del Espino
(1589- 1662)

  • Retrato
  • Dibujo, copiado de una estampa hacia 1952.

Además de todas estas publicaciones debemos destacar los libros sacados a la luz pública de personas auténticamente nacidas y criadas en Hoyos del Espino, quienes a través de sus relatos (en prosa o en verso) han dejado reflejada la vida y costumbres de nuestro pueblo en la época vivida. Tales son: “GREDOS un siglo entre piornales y roquedos” año 2004, de Julio Chamorro González en colaboración con J. Ramón Martín. «AIRES DE GREDOS» año 2008,  y «ÉPICA DE LOBOS» año 2015, ambos de Alfredo González Tejado.